Cuando decides cambiar de trabajo, suele ser una decisión que no tomas a la ligera. Lo más común es que busques una oferta laboral que encaje con tus necesidades y expectativas. Sin embargo, en algunos casos, tu empleador actual puede darte una contraoferta para que te quedes en la empresa. Antes de tomar una decisión, es importante que conozcas los puntos clave para manejar una contraoferta.
Lo primero que debes hacer es analizar detenidamente la contraoferta que te ha ofrecido tu empleador. Es importante que te fijes en todo lo que te están ofreciendo, no solo en el aumento salarial. Considera también las posibles mejoras en tu puesto, los beneficios o cualquier otro incentivo que te hayan propuesto.
Evalúa si estos cambios se ajustan a lo que estabas buscando y si te permitirán seguir avanzando en tu carrera profesional. Si la respuesta es sí, entonces es posible que debas considerar seriamente la contraoferta; de lo contrario, deberás seguir adelante con tu decisión inicial.
Independientemente de tu decisión, es importante que la comuniques siempre con respeto a tu empleador actual. Agradece la oportunidad que te han brindado y explica claramente que la decisión ya está tomada.
Si has decidido aceptar la contraoferta, comunica también tus expectativas sobre cómo se llevará a cabo la implementación de estos cambios. Asegúrate de que ambos estéis de acuerdo en los detalles específicos para que no haya malentendidos en el futuro. Si es necesario, redacta un documento por escrito con los términos acordados y asegúrate de que lo firme tu empleador.
Es importante que tengas en cuenta que, aunque hayas decidido aceptar la contraoferta, es posible que tu relación con tu empleador cambie de alguna manera. Es probable que sientas cierta desconfianza por su parte, o que te estén observando más de cerca de lo que solían hacerlo.
Es importante que seas consciente de los posibles cambios y que trates de mantener una actitud profesional en todo momento. No permitas que esto afecte tu rendimiento laboral y sigue demostrando tu valía como profesional.
Siempre es recomendable tener un plan de contingencia en caso de que las cosas no salgan como esperabas. Antes de tomar cualquier decisión, piensa en lo que harías si tu empleador no te hubiera ofrecido la contraoferta, o si las cosas no van tan bien como pensabas tras aceptarla.
Piensa en posibilidades como volver a buscar empleo o seguir formándote en tu área. No significa que tengas que tomar cualquiera de estas decisiones, pero tener un plan de contingencia te ayudará a estar preparado ante posibles adversidades.
Debes ser consciente de las consecuencias que puede tener tu decisión. Si decides aceptar la contraoferta, debes tener en cuenta que estás apostando por tu empleador actual y dejando atrás otras oportunidades.
Si decides rechazar la contraoferta, estás dando un paso adelante en tu carrera profesional, pero también estás diciendo adiós a una empresa que ya conoces y con la que has trabajado hasta ahora. Considera tanto lo positivo como lo negativo de cada decisión y analiza cuál es la más acorde con tus objetivos.
Por último, es importante que no te sientas presionado en ningún momento a la hora de tomar una decisión. Es normal que te sientas confundido o inseguro en esta situación, pero trata de tomarte tu tiempo para analizar la situación con calma y decidir lo que crees que es mejor para ti.
No permitas que tu empleador te presione o te haga sentir culpable por tomar una decisión. Recuerda que estás en tu derecho de buscar lo que crees que es mejor para ti y tu carrera profesional.
En resumen, manejar una contraoferta de tu empleador puede ser una situación complicada, pero siguiendo estos consejos podrás tomar una decisión informada y acertada. Recuerda que lo importante es buscar siempre lo mejor para ti y tu carrera profesional.